Amándonos

en la tibieza de tu pecho
reclinado en tu querer
feliz aquí en tu lecho.
Y he soñado el embeleso
que emana de tu cuerpo
compartido en el silencio
de crepusculares besos.
Y fui felíz con tu piel tan tersa
tu aroma de niña y tus pepitas de reina
tu nido madura en mi alberca
al roce de mis envejecidas venas.
Tu boca es delicia de vinos
buscando su cena en mi copa
estremeces mi ocaso y provocas
deleite en mis escalofríos.
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MARIA OFELIA -
mor